Acompañar la infancia


Cuando os hablo de acompañar a los niños y niñas suelo hacer un símil con la jardinería.
Todos sabemos que cada planta es diferente y necesita cosas distintas, no es lo mismo cuidar cactus que rosales y sabemos que si intentamos darle el agua que a nosotros nos apetece (y que no necesita) o colocarla en la sombra en vez de al sol... la planta, se marchita o se pudre y al final, incluso, se muere.
Si tenemos una planta y observamos que sus hojas comienzan a caerse, lo que hacemos es variar diferentes aspectos de su alrededor: le echamos más o menos agua, la cambiamos de ubicación, le ponemos tierra nueva... observamos lo que la planta necesita e intentamos adaptarnos a sus necesidades.  pero ni se nos ocurre pensar que la planta tiene la culpa de no adaptarse a nuestros cuidados ¡estaríamos locos! Sabemos que son cosas que nosotros no podemos cambiar. 

¿y qué pasa con los niños y niñas? En el hogar, en la escuela, ¿observamos sus necesidades y vamos respondiendo a ellas, ofreciendo lo que cada uno necesita, respetando su ser, entendiendo que cada niño y cada niña es diferente (como los cactus y los rosales) u ofrecemos a todos la misma cantidad de agua, de luz, el mismo tipo de tierra y diámetro de maceta y si no se adapta a ella creemos que es el niño o la niña el que tiene un problema?

Para acompañar a la infancia, tenemos que conocer cuáles son las necesidades comunes de los niños y niñas en cada momento (como las plantas el agua, la tierra, la luz...) y observar también las necesidades de cada uno, para poderles dar respuesta, respetando su individualidad, permitiendo que cada niño y niña pueda ser quien ya es.

Laura Estremera

Si quieres profundizar sobre este tema y otros, puedes leer mi libro Ser niños acompañados.


Y en mi curso de la Escuela Bitácoras "Desarrollo de la primera infancia", que estará disponible próximamente, os hablo sobre este acompañamiento en las diferentes áreas del desarrollo.