Pinceladas sobre aprendizaje

Continuamente utilizo facebook para escribir pequeñas reflexiones, ideas... Pero entiendo que no todos los que me seguís utilizáis esta red social, así que he decidido hacer una recopilación de aquellas pequeñas publicaciones que me parecen interesantes y que me gustaría que pudiérais encontrar con facilidad. A estas entradas voy a llamarlas "Pinceladas sobre" y en este caso voy a compartir las que tratan sobre aprendizaje.



De poco sirve cambiar las fichas por actividades sensoriales si el niño se encuentra en un entorno de directividad en el que no se sigue el deseo, el interés y la necesidad del pequeño, sino el impuesto por el adulto.

De poco sirve un ambiente bello, neutro, con muebles  y juguetes de madera…si falla el respeto; el respeto al niño, a sus tiempos…

De poco sirve leer cuentos sobre las emociones, hacer murales y otras actividades si sólo se permite expresar alegría y sancionamos otras como el miedo ridiculizando, la ira castigando o la tristeza ignorando.

Y esto puede pasar cuando tenemos más  en cuenta el continente que el contenido.

Una educación consciente, que tiene en cuenta al niño, exige cambiar la mirada del adulto y esto es posible cuando se reflexiona sobre las necesidades infantiles, cuando comprendemos qué necesita realmente y qué podemos ofrecerle, cómo acompañarle…

Transformar la educación exige en primer lugar, un cambio en el adulto, en la forma de acompañar al niño y su desarrollo.


Podéis ver las diferencias entre las 2 fotos de un mismo espacio en 2 estaciones diferentes ¿no?
Y muchos preguntáis estos días:
 ¿cómo se pueden "trabajar" las estaciones?

¡saliendo al patio!

Por norma general nuestros peques, de todos los niveles, pasan muy poco tiempo en el patio ¡con la cantidad de aprendizajes que pueden adquirir allí!
A diferencia de en el aula que se favorece principalmente el desarrollo cognitivo, estar en el exterior favorece el desarrollo motor, el social, el afectivo, el juego, el cognitivo 
¡y los niños son una globalidad!
Y estar en el exterior nos permite vivenciar, aprender desde la realidad ¿hay mejor manera que conocer que en invierno hace frío que saliendo al exterior, poniéndose la ropa adecuada, observando los cambios en el medio...?, ¿hay mejor manera de conocer lo que es la lluvia que saliendo cuando llueve?

Una ficha, una imagen, un gomet, una explicación, un cuento, un vídeo en la mejor pantalla... nunca podrá estar al nivel de la vivencia, pero para vivenciar hace falta tiempo y espacio.

Tenemos un gran recurso allí afuera, que no quede en media hora al día mientras se comen el almuerzo.



En el campo como con los peques, las cosas llevan su tiempo, hay que ofrecer un entorno adecuado, observar sí todo marcha bien, cuidar, respetar, acompañar y esperar. 

En el campo como con los peques, tenemos que respetar el desarrollo natural. Da igual lo que a nosotros nos gustaría, hay que respetar lo que es; aunque queramos cultivar tomates en diciembre no será posible; aunque queramos que todos los frutos de una misma planta maduren a la vez, no será posible; así es la naturaleza.

El campo nos conecta con la realidad, los ritmos, los ciclos, con la importancia del tiempo y el saber esperar. 

En la foto podemos ver a un niño esperando a que el agua llegue por la acequia para regar lo plantado, siguiendo su curso, su tiempo.

El entorno natural es un lugar privilegiado para el juego y el aprendizaje.


"¡Mira, mido como la puerta de la sala!"
Durante los primeros años, es el propio cuerpo el que utilizan como referencia para medir y conocer el tamaño de los objetos.
La vivencia con el cuerpo es fundamental para poder asentar los aprendizajes futuros.




Una foto tomada en el momento exacto que esas manos vivencian el concepto de mucho, tantos elementos que tus manos no son capaces de abarcarlos por mucho que separes tus dedos...
Simplemente jugando 



Observar esas manos, la fuerza que están realizando, cómo están dedicándose a su actividad, siguiendo su deseo, su juego... sí pretendiésemos "trabajar" esa fuerza por medio de actividades dirigidas, de fichas... ¿Cuántos gomets tendría que pegar?, cuántas bolitas de papel de seda realizar?...
Si vamos ofreciendo propuestas de juego, nos paramos a Observar y vamos entrenando nuestro ojo para ver más allá, para ver lo que realmente realizan jugando, nos asombraremos y tomaremos consciencia de lo importante que es el juego libre en los primeros años.
PD. Es una col del huerto de mi padre que no valía para comer, pero que nos podía ofrecer muchas oportunidades de juego.




Vivenciar

Descubrir que algo es grande porque no lo abarca el cuerpo, que algo es débil porque se rompe, que es pesado porque apenas puedo levantarlo… Todas estas vivencias son las que le permiten al niño comprender más adelante los aprendizajes escolares, los conceptos abstractos… gracias a que los ha sentido con su cuerpo. No podemos transmitir las vivencias verbalmente de profesor a niño, ni tampoco a través de libros o fichas.


Vivir, sentir, emocionarse...
Los niños aprenden desde la realidad, lo que para nosotros es cotidiano (incluso molesto en nuestro mundo de prisas y lleno de objetivos que cumplir) para ellos es asombroso, disfrutando del proceso, del momento, sin objetivos. Deberíais de haber visto las caras de asombro, de emoción, al sentir pequeños copos de nieve cayendo sobre sus manos. Viviendo el invierno, con todos sus sentidos y en vez de desde cuentos, fotos, murales o fichas. Las estaciones, el mundo, está allí fuera, no colgado en las paredes de los pasillos de los centros. Demos más importancia a descubrir, a vivir, a sentir...


El espacio y la libertad de elección suele ser un tema que genera muchas preguntas cuando hago charlas ¿no van todos a la misma propuesta?, ¿no discuten por los materiales?, ¿hay espacio suficiente para que se muevan?
 Cuándo favorecemos la libre circulación y el juego libre, creamos diferentes espacios con diferentes propuestas, respetamos las necesidades individuales, el ambiente es relajado... los peques se mueven según  sus necesidades (que por lo tanto son diferentes en cada uno) y se distribuyen por el espacio favoreciendo pequeños agrupamientos. Otro aspecto clave para que haya más amplitud es que, los peques no van a estar sentados todos a la vez y por lo tanto, no necesitamos mesas y sillas para todos (de hecho, sí os fijáis en la foto, a pesar de haber sillas disponibles, en este momento, ninguno las usa) y por supuesto pensar y repensar los espacios que se ofrecen dentro de un aula y las propuestas dentro de cada uno, ajustándolas a las necesidades de nuestro grupo en concreto  y cómo este evoluciona.

En el momento de esta foto había 18 peques de 2 a 3 años. (3 estaban en la provocación preparada que justo estaba a mi derecha y no sale en la foto y otro en el baño, que está dentro del aula lo que facilitaba que lo usaran cuando lo necesitaran)



La entrada relajada 

Como educadora nunca he vivido los timbres para entrar ni para salir, he tenido la suerte de disfrutar de los horarios flexibles y entrada relajada. 

Pero ahora os voy a hablar desde el otro lado, como madre, en el cole de mi peque han establecido un tiempo de entrada relajada.

Son sólo 10 minutos en los que la escuela se vuelve transitable, cobra vida; con sólo 10 minutos desaparecen las "barreras infranqueables" (simbólicas) que separan el dentro y el fuera; las relaciones entre la familias y los maestros se vuelven más humanas; los pasillos dejan de ser lugar de paso para ser lugares de encuentro; entrando por sus pasillos la escuela es transparente,  habla, se siente...

Desaparecen los timbres y suena la música que invita a entrar y marca el tiempo, cada uno según su tiempo, sin prisas.

Desaparecen las filas generadoras de conflictos, de luchas y de competitividad.

La escuela se abre, se transforma, acoge.

Son sólo 10 minutos... ¡que expresan tanto!


Podría haber decorado la clase con flores de cartulina...
Pero no habrías podido tocarlas, olerlas ni acariciarlas.
No habrías descubierto que si las aprietas fuerte se rompen y que debes tratarlas con delicadeza, que si las sacas del agua, cambian su aspecto, que si las tocas suave, tus dedos se pintan amarillos de polen.
Podría haber decorado la clase con flores de cartulina...
Pero no he querido.

Partamos de lo concreto, de la realidad.

Estas son algunas de las pinceladas sobre escuela y aprendizaje que he ido escribiendo en mi página de facebook, os recuerdo que también podéis seguirme por Instagram y en el canal de YouTube, aprovechó para dejaros un enlace a mi curso de Escuela Bitácoras en el que profundizo en el tema de las provocaciones  y el juego como herramienta de aprendizaje.

Laura Estremera Bayod