Actividades de la fiesta de primavera

Llegó la primavera y preparamos una fiesta en el patio con diferentes propuestas que invitaran a los niños a jugar.


Les pedimos a las familias que trajeran algo relacionado con la primavera, algunas trajeron flores, otras plantas, otras frutas de la estación que nos sirvieron para dar el último toque a las actividades y para que sintieran algo de la fiesta como suyo.

-Llenamos el arenero de plantas y flores, de esta forma las tocaron, olieron, observaron… desarrollando la parte sensorial. Las rompieron, trabajando la motricidad fina, las compararon, clasificaron y las introdujeron en su juego simbólico: haciendo comidas, jarrones…




-En las cocinas de exterior, preparamos bandejas con flores y plantas en bloques de hielo, esta metáfora del paso del invierno a la primavera, les permitió explorar sensorialmente con la temperatura, la textura, observar cómo se derretía, golpearlo hasta sacar las plantas, tocar el hielo y observar cómo las manos se mojaban y dejaban huellas sobre la madera…







-Las botellas sensoriales, que representaban un arco iris (aprovechamos la fiesta para celebrar al mismo tiempo San Patricio) les sirvieron para observarlas, agitarlas, clasificarlas, hacer música (golpeando sobre un túnel de plástico que amplificaba el sonido, fueron creando sus ritmos al tiempo que su voz les acompañaba) y también las introdujeron en su juego simbólico.



-La cuerda sensorial, les invitó a observar, a tocar, a moverla y escuchar el sonido que provocaba…





-El arcoíris, hecho con bolsas de basura, partía el patio en 2 y les invitaba a correr atravesándolo, pasar de un lado al otro, esconderse detrás, aparecer y volver a desaparecer.



-Las tizas, les permitieron expresarse a través de los trazos, el dibujo…




Esta actividad nos proporcionó momentos de juego, de descubrimiento, de emociones, de aprendizaje.


Os dejo también una reflexión que publiqué en mi página de facebook cuando llegó la primavera:

“Podría haber decorado la clase con flores de cartulina...
Pero no habrías podido tocarlas, olerlas ni acariciarlas.
No habrías descubierto que si las aprietas fuerte se rompen y que debes tratarlas con delicadeza,
que si las sacas del agua, cambian su aspecto, que si las tocas suave, tus dedos se pintan amarillos de polen.
Podría haber decorado la clase con flores de cartulina...
Pero no he querido.”


Partamos de lo concreto, de la realidad.

Laura Estremera
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